2. AIRE EXTRAALVEOLAR
Las
características anatómicas del parénquima pulmonar del RN lo hacen muy
vulnerable a la aparición de aire extraalveolar. Así, la ruptura alveolar es
mas fácil al no existir poros de Khon ni canales de Lambert; además, el paso de
aire a través del espacio intersticial se ve favorecido por la disminución de
las fibras elásticas, permitiendo que el aire diseque las espacios
perivasculares, llegando al espacio pleural, mediastínico, pericárdico,
peritoneal y al tejido celular subcutáneo. Según el espacio donde se localice
este aire, tendremos los diferentes cuadros clínicos.
Se produce aire
extraalveolar en dos situaciones:
- En RN sanos,
durante las primeras incursiones respiratorias por las altas presiones
negativas que requiere la primera expansión pulmonar, o bien durante las
maniobras de reanimación con presión positiva intermitente. La forma espontánea
aparece en el 1-2% de todos los RN. Normalmente el aire está en mediastino o
hay un neumotórax unilateral no a tensión; tiene poca o nula repercusión
clínica y se reabsorbe en el plazo de 24-48 horas. Cuando se diagnostica
requiere vigilancia, pero su evolución es buena.
- En RN con
patología pulmonar previa, especialmente en los pacientes con síndrome de
aspiración de meconio (SAM), pretérminos con EMH y RN con hipoplasia pulmonar,
que precisan ventilación mecánica.
Las
manifestaciones clínicas dependerán de la intensidad y localización del aire
extraalveolar, así como de la patología de base del RN. Cuando la repercusión
clínica es importante, está indicada la ventilación de alta frecuencia.
Es un hallazgo
radiológico, que aparece en las primeras horas o días en RN muy inmaduros que
con EMH que precisa ventilación mecánica. Se manifiesta radiológicamente por la
aparición de pequeñas burbujas (como un panal de abeja), uni o bilaterales,
secundarias al acúmulo de aire en el espacio intersticial. Condiciona mayor
dificultad para el intercambio gaseoso e hipertensión pulmonar por compresión
de los capilares pulmonares, lo que aumenta la hipoxemia e hipercapnia de la
enfermedad de base.
El riesgo de barotrauma puede minimizarse en estos RN de alto riesgo usando picos de presión muy bajos (12-15-18-cm de H2O), tiempos inspiratorios cortos (<0.45 seg) y frecuencias elevadas.
El riesgo de barotrauma puede minimizarse en estos RN de alto riesgo usando picos de presión muy bajos (12-15-18-cm de H2O), tiempos inspiratorios cortos (<0.45 seg) y frecuencias elevadas.
Se produce
cuando el aire extraalveolar ocupa el mediastino, produciendo unos tonos
cardiacos apagados y una disminución del murmullo vesicular. Radiológicamente
se caracteriza por un halo hiperlúcido, que bordea la silueta cardiaca y eleva
el timo, dando lugar a la típica imagen en vela de barco. No requiere
tratamiento especifico, aunque si vigilancia y medidas de cuidados generales.
Normalmente se reabsorbe en 2-3 días.
Se produce
cuando el aire extraalveolar llega al espacio pleural. La situación más grave
es el neumotórax a tensión, que debe sospecharse en un RN sometido a ventilación
mecánica que presenta un deterioro brusco, con hipoventilación de un hemitórax
y desplazamiento del latido cardiaco hacia el otro, junto a hipoxemia e
hipercapnia.
Dado que la
complicación más frecuente del neumotórax a tensión en el pretérmino es la hemorragia
en la matriz germinal y/o en el sistema ventricular (tanto por la hipoxemia e
hipercapnia como por las dificultades en el retorno venoso), si el deterioro
clínico es grave y no se puede disponer de examen radiológico inmediato, debe
realizarse una punción del hemitórax afecto, útil desde el punto de vista
diagnóstico y terapéutico.
El tratamiento
definitivo del neumotórax a tensión es la colocación de un catéter de
derivación pleural, del calibre adecuado para la edad gestacional del paciente,
a nivel del 2º espacio intercostal, por debajo de la línea medio clavicular.
Por lo general es efectiva la colocación de un sello de agua, pero en casos con
fístula broncopleural a veces es necesario añadir una aspiración suave.
Es el acúmulo
de aire en el espacio pericárdico. Menos frecuente que el neumotórax, el cuadro
clínico es potencialmente muy grave, con riesgo de taponamiento cardiaco. Debe
sospecharse al dejar de auscultarse el latido cardiaco pese a existir señal
eléctrica en el monitor.
Generalmente se presenta en pretérminos con enfisema intersticial y/o
neumotórax. Radiológicamente se observa un halo hiperlúcido que bordea una
silueta cardiaca pequeña y que, a diferencia del neumomediastino, la separa del
diafragma. El tratamiento es la punción evacuadora urgente.
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