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sábado, 19 de noviembre de 2022
sábado, 23 de mayo de 2015
ASPECTOS GENERALES DEL TRATAMIENTO DE LA DIFICULTAD RESPIRATORIA NEONATAL
ASPECTOS GENERALES DEL TRATAMIENTO DE LA
DIFICULTAD RESPIRATORIA NEONATAL
Todo neonato
con dificultad respiratoria debe ser observado en incubadora o cuna térmica,
que permita una vigilancia continua y un acceso rápido y fácil. La
monitorización continua de la Tª con un sistema de servocontrol, permitirá
mantener al RN en un ambiente térmico neutro, disminuyendo de esta manera el
consumo de oxigeno.
La
monitorización de la PO2 transcutánea o, más frecuentemente, de la SatO2 por
pulsoximetría y el control de la FiO2, resultan imprescindibles evitar los
riesgos tanto de la hipoxia como de la hiperoxia (especialmente en
pretérminos); además, en distres severos, sometidos a ventilación mecánica,
también útil la monitorización de la PCO2 transcutánea.
Durante los
primeros días de vida es importante la canalización de arteria umbilical
(localizando el catéter a nivel de aorta torácica, entre T8-T9). Esto permite
la toma de muestras, la monitorización de la tensión arterial y la perfusión de
fluidos.
El control de
glucemia, calcemia, balance hidroelectrolítico y equilibrio ácido base es
también fundamental, para evitar complicaciones que pueden repercutir
negativamente sobre la función pulmonar y sobre la evolución del paciente.
2.Terapéutica general de los problemas
respiratorios del RN
Independientemente
de las medidas aplicables a cualquier enfermo critico, de especial importancia
en el RN y sobre todo en el pretérmino, por la escasa reserva funcional de sus
sistemas orgánicos ante situaciones de estrés, existen una serie de medidas
especificas del distrés respiratorio neonatal, basadas en criterios clínicos,
radiológicos y gasométricos. El objetivo de estas medidas terapéuticas es
mantener el pH superior a 7.30, la PaO2 entre 50-70 mmHg y la PaCO2 entre 40-60
mmHg. Incluyen:
2.1.Oxigenoterapia
Su objetivo es
la corrección de la hipoxemia. Se debe usar siempre humidificado y caliente y,
siempre que se precisen concentraciones superiores al 40%, en carpas o cúpulas
que rodeen la cabeza del neonato, con objeto de evitar descensos bruscos de la
FiO2 durante la exploración o manipulación del paciente. La FiO2 administrada
debe estar monitorizada en todo momento mediante oxímetros.
2.2.Presión de distensión continua (PDC o
Cpap)
Cuando la
administración de oxigeno no es suficiente para mantener la PaO2 entre 50-70
mmHg, el uso de PDC puede ser útil, al aumentar la capacidad residual funcional
y mejorar la relación ventilación/perfusión, alterada en muchas patologías que
cursan con distres respiratorio. Con ella continua mejoramos la hipoxemia y el
esfuerzo respiratorio del RN, además de sus efectos antiedema pulmonar.
La PDC puede
aplicarse por vía nasal o traqueal. La vía nasal evita los problemas derivados
de la intubación traqueal, pero es menos efectiva, ya que al alvéolo llega
aproximadamente un 20% menos de la presión aplicada. Cuando la PDC se aplica
por vía nasal (NEEP) se suelen emplear presiones entre 4-10 cm de H2O. Cuando
la PDC la aplicamos por vía traqueal (CPAP), se emplean presiones entre 3-6 cm
de H2O. La PEEP sería la PDC administrada durante la ventilación asistida.
La PDC en el
periodo neonatal es útil para el tratamiento precoz de los RN con enfermedad de
membrana hialina, cuando con FiO2 del 40% hay hipoxemia. Además, tiene la
ventaja de evitar el agotamiento del RN y el consumo de surfactante,
disminuyendo la necesidad de ventilación mecánica, sobre todo cuando el RN con
EMH tiene un peso superior a 1500 gr. Otra indicación de la PDC en el periodo
neonatal, es el tratamiento de los RN con pausas de apnea, que no responden a
las xantinas.
2.3.Ventilación Mecánica (VM)
Las
indicaciones gasométricas de la VM en el periodo neonatal son la presencia de
hipoxemia y/o hipercapnia y acidosis, pese del uso de oxigeno en carpa y/o PDC.
Desde un punto de vista clínico son indicaciones de ventilación mecánica la
presencia de distres severo y/o pausa de apnea.
El
procedimiento mas utilizado para ventilar a RN es la aplicación de presión
positiva intermitente con respiradores de flujo continuo, limitados por presión
y ciclados por tiempo. Los parámetros iniciales del respirador dependerán de la
patología del RN. Como regla general, es conveniente usar el menor pico de
presión que sea capaz de producir excursiones respiratorias eficaces, tiempos
inspiratorios no superiores a 0.5 seg y una relación inspiración/espiración
1/1,3, con frecuencias superiores a 50 ciclos por segundo. Con todo ello se
reduce el riesgo de barotrauma, neumotórax y displasia broncopulmonar. El
descenso de los parámetros del respirador debe iniciarse lo antes posible.
Cuando el RN no
se adapta bien al respirador, se pueden emplear como sedantes el Fentanilo o
Lorazepam. El uso de relajantes musculares como
el Vecuronio debe reservarse para pacientes críticos seleccionados, en
los que con la sedación no es suficiente.
Existen algunas alternativas a la ventilación mecánica convencional del neonato, que incluyen:
Existen algunas alternativas a la ventilación mecánica convencional del neonato, que incluyen:
2.3.1. Ventilación mecánica sincronizada
El soporte
ventilatorio neonatal se hace habitualmente con ventilación mandatoria
intermitente. No obstante, al tratarse de respiradores de flujo continuo,
permiten respirar espontáneamente entre los ciclos de la ventilación
mandatoria.
Sin embargo, en
ocasiones las respiraciones espontaneas del RN coinciden con fases ins/espiratorias
de la ventilación mandatoria, generando desadaptación, cuyas consecuencias
incluyen inestabilidad hemodinámica, compromiso del flujo sanguíneo cerebral,
aire ectópico, etc. Quizás los efectos
negativos mas importantes son los secundarios a una ventilación mecánica
insuficiente, lo que obliga a incrementar la asistencia aumentando el riesgo de
barotrauma.
La ventilación
mecánica sincronizada, de empleo habitual en adultos, aparece en el campo
neonatal al disponer en estos momentos de equipos lo suficientemente sensibles
como para detectar el esfuerzo respiratorio del RN aunque este sea de muy bajo
peso. Existen en este momento en el mercado diferentes sistemas de
sincronización adaptados a los respiradores de flujo continuo, que se
diferencian entre sí en función del dispositivo empleado para el trigger:
cambios en la impedancia torácica, movimientos en la pared abdominal y flujo o
volumen inspiratorio medido a través de un neumotacógrafo. Permiten ventilar en
modo SIMV o modo asistido-controlado.
La eficacia de
cualquiera de estos sistemas se basa en el "tiempo de latencia", o
tiempo desde el inicio de la respiración espontanea al inicio de la respiración
disparada por el respirador: cuanto menor sea el tiempo de latencia más eficaz
es el sistema, recomendándose tiempos de latencia inferiores a 100 msg.
Los respiradores con sensores de flujo o volumen inspiratorio tienen la ventaja de poder medir volúmenes pulmonares, permitiendo visualizar curvas de volumen y presión y conocer la mecánica respiratoria del paciente. Los tiempos de latencia son inferiores a 40 msg y la sensibilidad muy baja, por lo que pueden ser disparados por RN de muy bajo peso.
Los respiradores con sensores de flujo o volumen inspiratorio tienen la ventaja de poder medir volúmenes pulmonares, permitiendo visualizar curvas de volumen y presión y conocer la mecánica respiratoria del paciente. Los tiempos de latencia son inferiores a 40 msg y la sensibilidad muy baja, por lo que pueden ser disparados por RN de muy bajo peso.
Pese a sus
ventajas, la ventilación sincronizada tiene también ciertos inconvenientes:
cuando se usa SIPPV, con alta sensibilidad, el niño puede generar frecuencias
muy altas con hiperventilación y/o tiempos espiratorios insuficientes, con
atrapamiento aéreo, sobredistensión pulmonar y fluctuaciones de PaO2 y PaCO2.
Aunque existen
algunas evidencias que sugieren que este método ventilatorio puede facilitar el
weaning y acortar el tiempo de oxigenoterapia, reduciendo así la incidencia de
broncodisplasia pulmonar, no se dispone aún de suficientes datos que demuestren
claramente un mejor pronostico en estos pacientes; por tanto, hasta el momento
no hay razón para usar estos respiradores de forma sistemática en todos los
recién nacidos.
2.3.2. Ventilación de alta frecuencia
El termino de
ventilación de alta frecuencia (VAF) describe un grupo de técnicas que permiten
una ventilación alveolar adecuada, con volúmenes tidal (VT) bajos, iguales o
inferiores al espacio muerto, a frecuencias superiores a 3 Hz (1 Hz = 60 ciclos
por minuto).
La VAF presenta
una serie de ventajas derivadas del bajo volumen utilizado, consiguiendo un
intercambio efectivo de CO2 y O2 con menores presiones pico, mínimas
variaciones de presiones y de volúmenes de ventilación y por lo tanto menor
impacto sobre la función cardiopulmonar. Se logra con ello disminuir el
barotrauma y el volutrauma sobre la vía aérea y alvéolos pulmonares.
En los momentos
actuales hay diversos ventiladores de alta frecuencia para uso neonatal:
Ventilador Bunnell Life Pulse VAF por Jet: Es un aparato a chorro de alta
frecuencia, opera entre 4-11 Hz. Utiliza una sonda traqueal para chorro de alta
y baja frecuencia; la espiración es pasiva, a través del conducto principal de
la sonda endotraqueal; el chorro de alta frecuencia se administra a través del
conducto lateral del tubo endotraqueal. El tipo de onda es triangular. La
relación I/E es variable.
Humming II: Es un oscilador con pistón mecánico, combinado con
un respirador corriente de presión y ciclado por tiempo, de modo que opera en
neonatos cono respirador convencional y como respirador de alta frecuencia.
Opera entre 0-30 Hz.
HFV Infant Star: Es una modificación del respirador Infant Star, que
permite también una combinación de ventilación convencional y de alta
frecuencia. Es un oscilador de flujo, que puede usarse ventilación combinada,
produciendo oscilaciones entre las respiraciones normales.
Sensor Medics 3100: Es un ventilador oscilatorio puro de alta
frecuencia, que opera entre 3-18Hz. Se aplica a través de tubo endotraqueal
estándar y tubos rígidos.
Babylog. 8000: Emplea un sistema de mezcla de flujo neumático
digital. Es el primer respirador neonatal que incorpora un sistema de medición
de volúmenes. El sensor de flujo está en la pieza en Y, permitiendo medir
volúmenes espiratorios e inspiratorios y la activación de un trigger por
volumen cuando se emplea ventilación sincronizada. Permite ventilación
convencional, IPPV/IMV controlada, sincronizada SIPPV/SIMV y alta frecuencia.
Dispone además de sistemas de monitorización integrada, con curvas de presión y
flujo. En alta frecuencia monitoriza VtHFO y DCO2, amplitud y frecuencia en
herzios.
Estrategias de la HFV
Cada uno de los
ventiladores de alta frecuencia tienen características propias de operación y
limitaciones que es necesario conocer, pero los principios básicos de
tratamiento son validos sea cual sea el tipo de HFV. Las estrategias para
mejorar la ventilación durante la HFV son distintas de las utilizadas en VM
convencional. Así, la eliminación del carbonico durante la alta frecuencia
depende fundamentalmente de los cambios en el volumen ventilatorio, que
desciende cuando aumenta la frecuencia. Cambios pequeños en el diámetro de las
vías respiratorias del paciente (acumulación de moco, o cambios en el calibre
del tubo endotraqueal), pueden modificar la ventilación en HFV.
La oxigenación en alta frecuencia depende de los mismos parámetros que en ventilación convencional. La alta frecuencia mejora la insuflación pulmonar, reclutando alvéolos colapsados y mejorando la relación ventilación/perfusión, disminuyendo el cortocircuito derecha/izquierda.
La oxigenación en alta frecuencia depende de los mismos parámetros que en ventilación convencional. La alta frecuencia mejora la insuflación pulmonar, reclutando alvéolos colapsados y mejorando la relación ventilación/perfusión, disminuyendo el cortocircuito derecha/izquierda.
Durante la alta
frecuencia la presión teleespiratoria en la traquea es casi siempre la misma
que la presión media y el pulmón conserva un volumen constante, evitándose el
ciclo de inflado/desinflado, propio de la ventilación corriente; esto permite
usar presión teleespiratoria alta sin disminuir el gasto cardiaco, evitando
tanto las áreas de sobredistensión como las zonas de atelectasias, lo que
facilita el reclutamiento alveolar uniforme.
El grado en que
se expande el pulmón del prematuro influye en la ventilación y la oxigenación.
Por ello es importante poder lograr la expansión pulmonar óptima, lo que puede
conseguirse, bien aumentando la presión pico en fracciones de 1 a 2 cm de H2O
(hasta que la radiografía de tórax muestre patrón de insuflación normal y/o
aumente la proporción oxigeno arterial/alveolar), bien mediante la técnica de
"reclutamiento alveolar", llamada también de insuflación sostenida o
de inhalación. Esta técnica persigue la apertura de alvéolos colapsados,
aplicando una presión positiva durante un lapso de tiempo predeterminado (5-30
seg). Una vez reclutados, estos alvéolos permanecen abiertos por la presión
aplicada al pulmón entre las maniobras de insuflación sostenida,
Indicaciones actuales de la ventilación de
alta frecuencia
Independientemente
de situaciones puntuales y la experiencia de cada Unidad, existen una serie de
situaciones clínicas, en las que la ventilación de alta frecuencia ha
demostrado mejores resultados que la ventilación convencional. Estas incluyen
la prevención del barotrauma en RN con hernia diafragmática congénita e
hipoplasia pulmonar, el RN con SAM grave, el neonato con enfisema intersticial
y/o neumotórax con fístula broncopleural y en general, cualquier insuficiencia
respiratoria en que fracase la ventilación mecánica convencional. Aunque están
en marcha diversos protocolos para validar su eficacia en estas situaciones,
podríamos hablar de fracaso de la VM convencional cuando la diferencia alvéolo
arterial de O2 es superior a 450 y/o son necesarios altos picos de presión (>20
cm de H2O en prematuros menores de 1000 g o >25 cm en pretérminos de
1000-1500 g) o el índice de oxigenación es superior a 20 (IO = presión media en
vía aérea x FiO2 x 100 / PaO2 postductal).
2.4. Oxigenación por Membrana Extracorpórea
(ECMO)
Desde que en
1985 Barlett utilizó la ECMO por primera vez en RN a termino con grave
insuficiencia respiratoria, las incesantes mejoras técnicas han ido aumentando
su rentabilidad, hasta alcanzar actualmente supervivencias mayores del 70% en
niños con mortalidad prevista superior al 80%.
Básicamente
consiste en desviar la sangre del paciente hacia el circuito de ECMO (por medio
de la gravedad), donde circula ayudada por una bomba de perfusión hasta ponerse
en contacto con una membrana semipermeable (el oxigenador), que permite la
oxigenación y la liberación de anhídrido carbonico; finalmente, la sangre es
calentada y devuelta al paciente. Por tanto, pese a su nombre, el ECMO no sólo
permite la oxigenación extracorpórea, sino que también favorece la liberación
de CO2 y mejora la circulación sistémica
El ECMO con shunt venoso-arterial es el mas
extendido. Ofrece apoyo respiratorio y circulatorio eficaz, al drenar sangre del
sistema venoso, vía yugular derecha, y retornarla a aorta ascendente, vía
carótida común derecha. Por tanto, está indicada en pacientes con fallo
respiratorio acompañado de fallo en la contractilidad miocárdica (hipoxia
prolongada, postoperatorio de CEC). No obstante, esta técnica tiene una serie
de inconvenientes como son la ligadura permanente de la carótida y yugular, el
retorno de sangre oxigenada directamente a la circulación cerebral (riesgo de
embolia gaseosa, exposición de la circulación cerebral a la hiperoxia) y una
deficiente oxigenación coronaria, al ser postventricular el retorno de sangre
oxigenada.
Ventilación mecánica
Parámetros iniciales según patología respiratoria
sólo son recomendaciones debe reevaluarse a cada recién nacido en forma
individual cómo responde a parámetros iniciales y deben modificarse si es
necesario
Pulmón sano
|
EMH
|
SAM
|
HPP
|
Neumonía
|
|
PIM
|
25 a 35
|
20 a 30
|
|||
PEEP
|
2 a 3
|
||||
TI
|
0,3 a 0,5
|
0,3
|
|||
FR
|
60
|
Gravedad de la insuficiencia
respiratoria:
·
Se puede evaluar a través del INDICE de
OXIGENACION en un paciente en ventilación mecánica
·
Índice
de oxigenación: Presión media vía aérea x FiO2 / PaO2
·
Valores sobre 15 o 20 serían indicación de
Ventilación de Alta Frecuencia
·
Valores sobre 40 son de mal pronóstico
Bibliografía
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diseases of the Newborn.7° edición,1998
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Tapia JL, Ventura-Junca P.Manual de Neonatología.2°
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edición.1999.
10. Kendig’s Disorders of the Respiratory Tract in Children. 1998.
Causas de insuficiencia respiratoria aguda (4)
HIPERTENSION PULMONAR PERSISTENTE EN EL RN
En el momento
de nacimiento se inicia una serie compleja de fenómenos que tienen como
objetivo sustituir la placenta por el pulmón como órgano de intercambio de
gases. La circulación pulmonar del RN se adapta a la nueva situación, con una
progresiva disminución en las resistencias vasculares pulmonares y un
incremento en el flujo sanguíneo al pulmón, para conseguir, a través de una
adecuada perfusión alveolar, la función de intercambio gaseoso. Cualquier hecho
que perturbe esta transición ordenada produce hipertensión pulmonar persistente
neonatal (HPPN).
La distensión
pulmonar y el incremento en la PO2, parecen ser los responsables iniciales de
la caída de la resistencia vascular pulmonar tras el nacimiento, bien
directamente o a través de mediadores endógenos. Los cambios en los mediadores
vasoactivos endógenos con aumento de los vasodilatadores (oxido nítrico y prostaciclina)
y disminución de los vasoconstrictores (leucotrienos y endotelinas), parecen
estar implicados además, en la posterior disminución de la resistencia vascular
periférica durante los primeros días después del nacimiento. El fracaso de esta
transición da lugar a HPPN, en la que si bien las causas pueden ser de distinto
origen, es posible que los mecanismos desencadenantes sean comunes.
Este síndrome
fue descrito por primera vez por Siassi en un grupo de RN sin patología
pulmonar. En la actualidad, la mayor parte de los RN con HPP tienen patología
pulmonar previa severa (SAM, hipoplasia pulmonar, sepsis precoz o tardía, EMH,
hernia diafragmática). Además, la HPPN puede acompañar a cardiopatías
congénitas tales como la transposición de los grandes vasos o el drenaje venoso
pulmonar anómalo.
La HPPN debe
ser considerada no como una entidad única, sino como un grupo de enfermedades
que tienen causas diversas, pero características comunes de presentación
inicial. De este modo se pueden diferenciar, en base a la anatomía del lecho
vascular pulmonar, las situaciones en las que existe una disminución en el
número de vasos o un exceso en la musculatura lisa vascular, de las situaciones
en las que, siendo inicialmente normales los vasos pulmonares, se produce una
adaptación deficiente al patrón circulatorio extrauterino. A este grupo
pertenecen en la actualidad la mayor parte de los RN diagnosticados de HPPN.
El síndrome de
HPPN se caracteriza por una marcada hipertensión pulmonar y una
vasorreactividad pulmonar alterada, que conduce a la aparición de
cortocircuitos derecha-izquierda extrapulmonares (ductus y foramen oval) e
intrapulmonares, que causan hipoxemia crítica, con mala respuesta a los
aumentos en la FiO2 inspirada. La patología previa de estos RN y la hipoxemia,
conducen con frecuencia a fallo miocárdico, con disminución del gasto cardiaco,
que agrava la hipotensión sistémica lo que aumenta el paso de sangre de derecha
a izquierda, cerrando círculos viciosos, que explican la extrema gravedad de
estos RN.
Una
característica especial de estos RN es que con frecuencia presentan
fluctuaciones importantes en la presión parcial de oxigeno, que ocurren de
manera espontanea o bien con la estimulación y/o actividad física. En estos
momentos, se agravan los cortocircuitos derecha-izquierda, lo que puede
documentarse mediante la monitorización de la SatO2, que mostrará un gradiente
importante entre la extremidad superior derecha y los miembros inferiores
cuando el cortocircuito principal es a través del ductus.
La ecocardiografía cardíaca muestra una presión elevada en la arteria pulmonar, en presencia de regurgitación tricúspidea, con un flujo importante de derecha a izquierda a través del foramen oval y del ductus, lo que confirma el diagnostico de hipertensión pulmonar persistente.
La ecocardiografía cardíaca muestra una presión elevada en la arteria pulmonar, en presencia de regurgitación tricúspidea, con un flujo importante de derecha a izquierda a través del foramen oval y del ductus, lo que confirma el diagnostico de hipertensión pulmonar persistente.
El manejo de
estos RN es uno de los más complejos de todos los pacientes que requieren
cuidado intensivo neonatal. La prevención o corrección inmediata de los
factores que predisponen a la HPP como asfixia perinatal, sepsis o neumonía,
policitemia, hipotermia y acidosis, debe ser el primer paso en el tratamiento
de estos pacientes.
La hipoxemia y
la acidosis, potentes vasoconstrictores pulmonares, deben corregirse de forma
rápida y eficaz: la PaO2 debe mantenerse por encima de 100 mmHg para prevenir
episodios de hipoxemia durante las fluctuaciones espontaneas de oxigenación que
se producen en estos niños; es importante también mantener cierto grado de
alcalosis metabólica y/o respiratoria, ya que el pH elevado reduce la resistencia
vascular pulmonar, con lo que disminuirá el cortocircuito derecha-izquierda
mejorando la oxigenación.
Cuando la
actividad espontanea interfiere con la ventilación mecánica, empeorando la
oxigenación y aumentando el consumo de O2, están indicados sedantes y
relajantes musculares.
La
hiperventilación prolongada con hipocapnia se ha asociado con alteraciones en
el desarrollo neurológico, lo que puede ser debido a la disminución en el flujo
sanguíneo cerebral. Por ello, en estos pacientes es importante el soporte
hemodinámico, para mantener una presión sistémica y una perfusión cerebral
adecuadas. Las drogas de elección para mantener el gasto cardíaco en estos RN
son dopamina, dobutamina e isoproterenol. Las infusiones de calcio, pueden
también mejorar la función miocárdica, sobre todo en casos de alcalosis
secundaria a hiperventilación.
Muchos vasodilatadores se han usado para el tratamiento de la HPPN, sin que hasta el momento ninguno haya demostrado alterar el curso final de estos RN. La mayor limitación de estas drogas vasodilatadoras (como bloqueadores alfa adrenérgicos, bloqueadores del calcio y prostaciclina), es el hecho que su efecto vasodilatador, no se limita a la circulación pulmonar, sino que producen también vasodilatación periférica y por ende hipotensión arterial, manteniendo niveles de shunt parecidos a los previos.
Muchos vasodilatadores se han usado para el tratamiento de la HPPN, sin que hasta el momento ninguno haya demostrado alterar el curso final de estos RN. La mayor limitación de estas drogas vasodilatadoras (como bloqueadores alfa adrenérgicos, bloqueadores del calcio y prostaciclina), es el hecho que su efecto vasodilatador, no se limita a la circulación pulmonar, sino que producen también vasodilatación periférica y por ende hipotensión arterial, manteniendo niveles de shunt parecidos a los previos.
Por tanto, el
vasodilatador ideal para el tratamiento de la HPP debe disminuir la resistencia
vascular pulmonar, sin tener efectos sobre la circulación sistémica. En los últimos años el oxido nítrico
inhalado ha demostrado ser un vasodilatador pulmonar especifico y se está
utilizando con éxito en el tratamiento de la HPP neonatal desde que Palmer
reconoció al NO como factor relajante existente en el endotelio vascular
pulmonar, abriendo la posibilidad de su utilización como agente vasodilatador.
El NO es un mediador de la vasodilatación
tanto del territorio sistémico como pulmonar, pero la vida media es muy corta,
debido a su rápida unión con la hemoglobina, por lo que su acción se limita al
lugar de su administración. El oxido nítrico inhalado difunde de los alvéolos
ventilados al endotelio vascular pulmonar, donde ejerce sus efectos,
inactivándose posteriormente al ponerse en contacto con la sangre. Con esto se
consigue una disminución de las resistencias pulmonares vasculares y una mayor
perfusión de las zonas ventiladas, mejorando además la relación ventilación
perfusión. Estos efectos justifican su utilización en los RN con HPP, con o sin
patología pulmonar asociada. También se ha utilizado con éxito en el
postoperatorio de cardiopatías congénitas con hipertensión pulmonar, que no
responden a la terapéutica convencional.
El NO se
comercializa a una concentración de 400-800 ppm y aunque se administra durante
la ventilación mecánica con distintos ventiladores, en neonatos casi siempre se
utilizan los de flujo continuo. Para su dosificación se debe utilizar un
caudalímetro de precisión, conectando su salida al asa inspiratoria del
circuito del respirador, añadiéndose a la mezcla aire-oxígeno del respirador.
El NO se
convierte en NO2 (altamente citotóxico), en contacto con el oxigeno. Para
reducir el tiempo de contacto del oxígeno y el NOi, debe minimizarse la
distancia entre la entrada de NO al circuito y la pieza en Y del respirador y
utilizarse flujos mínimos de 10 ml/min. Además, deben monitorizarse en forma
precisa las concentraciones tanto del NO administrado como del NO2 generado,
bien con monitores de quimioluminiscencia (más exactos) o bien por monitores
electroquímicos (de uso sencillo y más económico). La toxicidad del NOi también
depende de la formación de metahemoglobina y del alargamiento del tiempo de
hemorragia por disminución de la agregación plaquetaria. No se deben permitir
concentraciones de NO2 superiores a 3-5 ppm, ni unos niveles de metahemoglobina
que excedan del 5% de la concentración de hemoglobina total.
Hasta el
momento los estudios controlados son escasos, pero un porcentaje variable de
pacientes con HPPN mejora la oxigenación. Puesto que aún no hay evidencia de
que la supervivencia de estos RN, mejore con esta terapéutica y dados los
posibles efectos colaterales importantes, el NOi debe administrarse en la
mínima concentración que resulte beneficiosa y la durante el menor tiempo
posible.
Los RN con HPPN
que no responden a las anteriores medidas de tratamiento son candidatos para la
oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO). Aunque la supervivencia con esta
modalidad terapéutica ha aumentado con la experiencia, el relativamente elevado
índice de secuelas en los supervivientes hace que esta terapéutica se reserve
como ultimo recurso.
Los resultados
que se obtienen en niños con HPPN dependen, en gran parte, de la patología de
base y de la efectividad en el manejo inicial. Varios estudios randomizados y
multicéntricos intentan evaluar de modo definitivo el impacto real a largo
plazo de las nuevas estrategias, como la ventilación de alta frecuencia y la
administración de oxido nítrico.
Causas de insuficiencia respiratoria aguda (3)
Continuando con las causas de SDR aguda en RN seguimos con :
3. INFECCION PULMONAR PRECOZ
Es un cuadro de
insuficiencia respiratoria grave, que afecta a RN a término y a prematuros, que
se presenta en las primeras 48 horas de vida y que se asocia con un cuadro
séptico generalizado, con afectación metabólica y hemodinámica y que conduce
con frecuencia a shock y fallo multiorgánico.
Los agentes
etiológicos mas frecuentemente implicados son el Estreptococo del grupo B (Streptococcus
agalactiae) y Escherichia coli y, con menor frecuencia, otras
enterobacterias, Listerias, Haemophilus, etc. Estos microorganismos colonizan
la vagina materna y, bien vía ascendente (en casos de bolsa rota precozmente),
bien durante el parto, colonizan e infectan secundariamente al RN.
El cuadro clínico
es indistinguible de una sepsis precoz, destacando, por la severidad y
precocidad, la aparición de hipotensión, pausas de apnea e insuficiencia
respiratoria severa con hipoxemia. Aparece acidosis metabólica llamativa y en
pocas horas puede evolucionar hacia un shock séptico.
Las alteraciones radiológicas pueden simular una enfermedad de membrana hialina, o un síndrome de mala adaptación pulmonar, pero en general la afectación tiende a ser más asimétrica que en la EMH, las condensaciones alveolares de mayor tamaño y con frecuencia puede haber derrame pleural.
Puesto que la clínica en las primeras horas de vida es indistinguible de una EMH, la sospecha diagnóstica se basará en la existencia de antedentes de infección (bolsa rota precozmente, fiebre materna, infección urinaria, signos de amnionitis, etc.) y los hallazgos de laboratorio: leucocitosis con cociente neutrófilos inmaduros/neutrofilos totales >0.1 ó leucopenia con neutropenia, son datos muy sugestivos de infección precoz. La determinación de otros reactantes de fase aguda (VSG, PCR), tienen utilidad para el seguimiento y control de la eficacia del tratamiento. En la actualidad se dispone de pruebas inmunomicrobiológicas, que permiten detectar precozmente antígenos de microorganismos como Streptecoco B, E. coli y Haemophilus en líquidos orgánicos (orina, sangre y LCR). La confirmación etiológica viene dada por la positividad de los cultivos de sangre y orina, obtenidos antes de iniciar el tratamiento antibiótico.
Las alteraciones radiológicas pueden simular una enfermedad de membrana hialina, o un síndrome de mala adaptación pulmonar, pero en general la afectación tiende a ser más asimétrica que en la EMH, las condensaciones alveolares de mayor tamaño y con frecuencia puede haber derrame pleural.
Puesto que la clínica en las primeras horas de vida es indistinguible de una EMH, la sospecha diagnóstica se basará en la existencia de antedentes de infección (bolsa rota precozmente, fiebre materna, infección urinaria, signos de amnionitis, etc.) y los hallazgos de laboratorio: leucocitosis con cociente neutrófilos inmaduros/neutrofilos totales >0.1 ó leucopenia con neutropenia, son datos muy sugestivos de infección precoz. La determinación de otros reactantes de fase aguda (VSG, PCR), tienen utilidad para el seguimiento y control de la eficacia del tratamiento. En la actualidad se dispone de pruebas inmunomicrobiológicas, que permiten detectar precozmente antígenos de microorganismos como Streptecoco B, E. coli y Haemophilus en líquidos orgánicos (orina, sangre y LCR). La confirmación etiológica viene dada por la positividad de los cultivos de sangre y orina, obtenidos antes de iniciar el tratamiento antibiótico.
La
administración precoz de antibióticos es de vital importancia dentro del
esquema terapéutico de estos pacientes, dada la progresión fulminante del
cuadro infeccioso. La asociación más recomendada es ampicilina +
aminoglucosido; como alternativa o en los casos más graves, se utilizan cefalosporinas
de tercera generacion. La duración del tratamiento oscila entre 10-15 dias,
dependiendo de la evolución y la etiología.
La corrección
de las alteraciones hemodinámicas, metabólicas y de la insuficiencia
respiratoria, debe hacerse simultáneamente con la administración de
antibióticos, dada la rapidez con que estos pacientes pueden entrar en
situación de shock y fallo multiorgánico.
4.
SINDROME DE ASPIRACION DE MECONIO
El síndrome de
aspiración de meconio (SAM) se produce como consecuencia de la entrada de
liquido amniótico teñido de meconio a la vía aérea distal y alvéolos
pulmonares, cuando el feto o RN realiza sus primeros movimientos respiratorios.
En el 5-15% de
los RN se observa liquido amniótico teñido de meconio, la mayor parte de las
veces como signo de hipoxia perinatal. Sin embargo, la incidencia y gravedad
del SAM ha disminuido en los últimos años, debido a dos medidas: mejor control
de los embarazos y partos de riesgo y actuación profiláctica, limpiando y
aspirando de modo sistemático el contenido de la vía aérea superior y tráquea
en todos los niños que tienen liquido amniótico teñido de meconio, antes de que
se inicien los primeros movimientos respiratorios tras el nacimiento. La
mortalidad del SAM no complicado es mínima. La asociación de factores tales
como la asfixia perinatal grave y la coexistencia con hipertensión pulmonar,
empeoran el pronostico y marcan la severidad del cuadro de SAM.
El meconio es
desplazado a las pequeñas vías aéreas distales con los primeros movimientos
respiratorios. Esta obstrucción de la vía aérea condiciona un aumento de la
resistencia y una distribución irregular de la ventilación alveolar; también
las partículas de meconio pueden actuar mediante un mecanismo valvular,
produciendo aéreas de hiperinsuflación con el consiguiente riesgo de rotura
alveolar, neumotórax y neumomediastino, complicaciones frecuentemente asociadas
al SAM. En los casos más graves de SAM se produce también una disminución de la
compliance pulmonar, bien por inactivación del surfactante, bien por la
reacción inflamatoria, consecuencia ambas de la presencia de meconio en el
alvéolo. Por último, en los RN con SAM existe una mayor incidencia de
infección, ya que la proliferación de gérmenes se ve favorecida por la
presencia de meconio en el alvéolo.
La severidad
del cuadro clínico es muy variable. El grupo más numeroso de RN tan solo
presenta polipnea y un tórax hiperinsuflado, sin alteraciones gasométricas
significativas, mejorando el cuadro en 24-48 horas. Otro grupo, de gravedad
moderada, presenta ya hipercapnia e hipoxemia leves; puede haber
neumomediastino o neumotórax. Los síntomas de distrés aumentan durante las
primeras 24 horas y algunos de estos pacientes requieren ventilación mecánica.
El cuadro remite en el espacio de 3-4 días, pudiendo persistir tan solo
polipnea.
Los casos más
graves presentan hipercapnia e hipoxemia desde las primeras horas de vida,
requiriendo ventilación mecánica y altas concentraciones de oxigeno. La
asociación con hipotensión arterial, fallo miocárdico e hipertensión pulmonar,
facilita la persistencia del ductus y el no cierre del foramen oval, creándose
de esta manera cortocircuitos de derecha a izquierda, que agravan la hipoxemia.
La radiografía
del tórax, muestra condensaciones alveolares irregulares bilaterales, que
alternan con áreas de hiperinsuflación. La presencia de neumomediastino o
neumotórax es frecuente. El volumen pulmonar suele ser normal o aumentado.
Los
antecedentes de meconio en liquido amniótico, la impregnación de la piel, la
aspiración de meconio de vías superiores y la visualización de meconio en
tráquea durante la reanimación, son la clave para el diagnostico del RN con
distrés inmediato al nacimiento. Puede plantearse la asociación de SAM con
infección precoz, ya que ésta facilita la aparición de asfixia perinatal y por
lo tanto de meconio en liquido amniótico. Estos RN están gravemente enfermos y
en ellos las alteraciones hemodinámicas son precoces y severas.
El mejor
tratamiento empieza con una buena profilaxis: nada mas salir la cabeza del RN
con meconio en liquido amniótico, el obstetra debe limpiar la cavidad bucal y
orofaringe; trasladado a la cuna de reanimación, el neonatólogo debe limpiar
vías superiores y tráquea, visualizándola con laringoscopio y aspirando, bien
directamente con sonda de calibre adecuado, bien a través del tubo
endotraqueal, antes de instaurar las restantes medidas de reanimación.
Una vez en la Unidad Neonatal, se instaurarán las medidas generales en todo RN con distrés respiratorio, el tratamiento de la insuficiencia respiratoria con oxigeno o ventilación mecánica y se asociarán antibióticos (ampicilina mas aminoglucósidos) para prevenir la infección, que se ve facilitada por la presencia de meconio.
Una vez en la Unidad Neonatal, se instaurarán las medidas generales en todo RN con distrés respiratorio, el tratamiento de la insuficiencia respiratoria con oxigeno o ventilación mecánica y se asociarán antibióticos (ampicilina mas aminoglucósidos) para prevenir la infección, que se ve facilitada por la presencia de meconio.
Los RN con SAM
grave en los que se asocia asfixia perinatal, hipertensión pulmonar persistente
e infección pulmonar precoz, requieren medidas especificas para su control. La
ventilación mecánica es difícil y compleja por la gran inestabilidad, con
frecuentes episodios de hipoxemia e hipercapnia, que empeoran su crítica
situación hemodinámica. La inactivación del surfactante por el propio meconio
y/o por la coexistencia de edema pulmonar, hace suponer que algunos de estos RN
se beneficiarían de la administración de surfactante. En este sentido, están en
marcha estudios colaborativos para demostrar la efectividad de esta nueva arma
terapéutica.
Causas de insuficiencia respiratoria aguda (2)
Siguiendo con las causas de SDR del recién nacido tenemos :
2. AIRE EXTRAALVEOLAR
Las
características anatómicas del parénquima pulmonar del RN lo hacen muy
vulnerable a la aparición de aire extraalveolar. Así, la ruptura alveolar es
mas fácil al no existir poros de Khon ni canales de Lambert; además, el paso de
aire a través del espacio intersticial se ve favorecido por la disminución de
las fibras elásticas, permitiendo que el aire diseque las espacios
perivasculares, llegando al espacio pleural, mediastínico, pericárdico,
peritoneal y al tejido celular subcutáneo. Según el espacio donde se localice
este aire, tendremos los diferentes cuadros clínicos.
Se produce aire
extraalveolar en dos situaciones:
- En RN sanos,
durante las primeras incursiones respiratorias por las altas presiones
negativas que requiere la primera expansión pulmonar, o bien durante las
maniobras de reanimación con presión positiva intermitente. La forma espontánea
aparece en el 1-2% de todos los RN. Normalmente el aire está en mediastino o
hay un neumotórax unilateral no a tensión; tiene poca o nula repercusión
clínica y se reabsorbe en el plazo de 24-48 horas. Cuando se diagnostica
requiere vigilancia, pero su evolución es buena.
- En RN con
patología pulmonar previa, especialmente en los pacientes con síndrome de
aspiración de meconio (SAM), pretérminos con EMH y RN con hipoplasia pulmonar,
que precisan ventilación mecánica.
Las
manifestaciones clínicas dependerán de la intensidad y localización del aire
extraalveolar, así como de la patología de base del RN. Cuando la repercusión
clínica es importante, está indicada la ventilación de alta frecuencia.
Es un hallazgo
radiológico, que aparece en las primeras horas o días en RN muy inmaduros que
con EMH que precisa ventilación mecánica. Se manifiesta radiológicamente por la
aparición de pequeñas burbujas (como un panal de abeja), uni o bilaterales,
secundarias al acúmulo de aire en el espacio intersticial. Condiciona mayor
dificultad para el intercambio gaseoso e hipertensión pulmonar por compresión
de los capilares pulmonares, lo que aumenta la hipoxemia e hipercapnia de la
enfermedad de base.
El riesgo de barotrauma puede minimizarse en estos RN de alto riesgo usando picos de presión muy bajos (12-15-18-cm de H2O), tiempos inspiratorios cortos (<0.45 seg) y frecuencias elevadas.
El riesgo de barotrauma puede minimizarse en estos RN de alto riesgo usando picos de presión muy bajos (12-15-18-cm de H2O), tiempos inspiratorios cortos (<0.45 seg) y frecuencias elevadas.
Se produce
cuando el aire extraalveolar ocupa el mediastino, produciendo unos tonos
cardiacos apagados y una disminución del murmullo vesicular. Radiológicamente
se caracteriza por un halo hiperlúcido, que bordea la silueta cardiaca y eleva
el timo, dando lugar a la típica imagen en vela de barco. No requiere
tratamiento especifico, aunque si vigilancia y medidas de cuidados generales.
Normalmente se reabsorbe en 2-3 días.
Se produce
cuando el aire extraalveolar llega al espacio pleural. La situación más grave
es el neumotórax a tensión, que debe sospecharse en un RN sometido a ventilación
mecánica que presenta un deterioro brusco, con hipoventilación de un hemitórax
y desplazamiento del latido cardiaco hacia el otro, junto a hipoxemia e
hipercapnia.
Dado que la
complicación más frecuente del neumotórax a tensión en el pretérmino es la hemorragia
en la matriz germinal y/o en el sistema ventricular (tanto por la hipoxemia e
hipercapnia como por las dificultades en el retorno venoso), si el deterioro
clínico es grave y no se puede disponer de examen radiológico inmediato, debe
realizarse una punción del hemitórax afecto, útil desde el punto de vista
diagnóstico y terapéutico.
El tratamiento
definitivo del neumotórax a tensión es la colocación de un catéter de
derivación pleural, del calibre adecuado para la edad gestacional del paciente,
a nivel del 2º espacio intercostal, por debajo de la línea medio clavicular.
Por lo general es efectiva la colocación de un sello de agua, pero en casos con
fístula broncopleural a veces es necesario añadir una aspiración suave.
Es el acúmulo
de aire en el espacio pericárdico. Menos frecuente que el neumotórax, el cuadro
clínico es potencialmente muy grave, con riesgo de taponamiento cardiaco. Debe
sospecharse al dejar de auscultarse el latido cardiaco pese a existir señal
eléctrica en el monitor.
Generalmente se presenta en pretérminos con enfisema intersticial y/o
neumotórax. Radiológicamente se observa un halo hiperlúcido que bordea una
silueta cardiaca pequeña y que, a diferencia del neumomediastino, la separa del
diafragma. El tratamiento es la punción evacuadora urgente.
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